Playa Marmotas: El paraíso esmeralda que nos pide no tocarlo
09 April, 2025
Entre manglares silenciosos y aguas esmeralda que se funden con el cielo, Playa Marmotas, en el municipio de Yobaín, es uno de esos últimos rincones de la costa yucateca donde el tiempo parece haberse detenido. Es un lugar donde la naturaleza sigue hablando con su propio lenguaje, sin filtros, sin cemento, sin excesos.
En esta playa no hay hoteles boutique, ni bares con sombrillas, ni música que ahogue el canto de las aves. Y justamente por eso, es tan valiosa. Aquí habitan cocodrilos, serpientes, cangrejos, aves migratorias y cientos de especies que han hecho de este sitio su refugio. Su hogar. Un hogar que no necesita ser mejorado, solo respetado.
Vivimos en una época donde lo natural se convierte muy rápido en producto. Donde lo virgen se vuelve atractivo, pero solo hasta que deja de serlo. Por eso hoy, más que nunca, Playa Marmotas nos confronta con una pregunta:
¿Sabemos admirar sin poseer? ¿Sabemos contemplar sin intervenir?

La expansión inmobiliaria a lo largo de la costa yucateca avanza cada año. Y si bien el desarrollo económico puede traer beneficios, es urgente cambiar el modelo con el que se pretende crecer. Porque ya no se trata de si debemos cuidar el medio ambiente, sino de cómo hacerlo sin poner en peligro lo que aún no ha sido destruido.
Cualquier proyecto turístico o inmobiliario que mire hacia estos parajes debe asumir su parte de responsabilidad. Ya no basta con dejar “una franja de protección” o “reforestar después de construir”. La sostenibilidad real implica:


Algunos datos duros sobre el ecosistema costero en Yucatán:


Cuidar Playa Marmotas no es una moda, es una necesidad. Un acto de responsabilidad generacional. Porque lo que hoy vemos virgen y lleno de vida, mañana puede ser solo un recuerdo, una fotografía antigua o una historia que le contemos a quienes vienen detrás. Lo que hagamos (o dejemos de hacer) con estos espacios es lo que le heredaremos a nuestros hijos. ¿Será un paraíso vivo o una postal en ruinas? La respuesta está en nuestras manos.
Hay lugares que no necesitan que hagamos nada por ellos, más que dejarlos ser. Playa Marmotas es uno de esos. No quiere hoteles ni caminos pavimentados, no espera restaurantes ni torres de concreto. Solo pide tiempo, espacio… y silencio.
Cuando caminas por su arena blanca, cuando el viento te cuenta historias entre los manglares y las aves sobrevuelan sin miedo, algo en ti se transforma. Te das cuenta de que no estamos aquí para conquistar la tierra, sino para convivir con ella. Que no todo espacio debe tener un uso, una renta, una propiedad. Algunos lugares solo deben existir.

En un mundo que corre y consume sin pausa, Playa Marmotas resiste. Nos recuerda cómo era la costa antes de que llegaran las carreteras, antes de que el plástico y el ruido se volvieran rutina. Nos recuerda que todavía hay vida que no nos necesita, que sigue su curso sin depender de nosotros, y que merece seguir ahí mucho después de que nos hayamos ido.
Pero esa resistencia no es eterna.
Hoy más que nunca, conservar estos espacios es un acto de amor y de responsabilidad. Porque el legado que dejemos no será solo concreto y estructuras: también serán los árboles que no talamos, las playas que no explotamos, los ecosistemas que defendimos. Este es el mundo que heredarán nuestras hijas e hijos. ¿Qué queremos que encuentren?
Cuidar Playa Marmotas no es un lujo. Es un deber.
Si quieres ver más fotos puedes dar click AQUÍ
En esta playa no hay hoteles boutique, ni bares con sombrillas, ni música que ahogue el canto de las aves. Y justamente por eso, es tan valiosa. Aquí habitan cocodrilos, serpientes, cangrejos, aves migratorias y cientos de especies que han hecho de este sitio su refugio. Su hogar. Un hogar que no necesita ser mejorado, solo respetado.
Vivimos en una época donde lo natural se convierte muy rápido en producto. Donde lo virgen se vuelve atractivo, pero solo hasta que deja de serlo. Por eso hoy, más que nunca, Playa Marmotas nos confronta con una pregunta:
¿Sabemos admirar sin poseer? ¿Sabemos contemplar sin intervenir?

La expansión inmobiliaria a lo largo de la costa yucateca avanza cada año. Y si bien el desarrollo económico puede traer beneficios, es urgente cambiar el modelo con el que se pretende crecer. Porque ya no se trata de si debemos cuidar el medio ambiente, sino de cómo hacerlo sin poner en peligro lo que aún no ha sido destruido.
Cualquier proyecto turístico o inmobiliario que mire hacia estos parajes debe asumir su parte de responsabilidad. Ya no basta con dejar “una franja de protección” o “reforestar después de construir”. La sostenibilidad real implica:
- No llegar a zonas que aún están vírgenes.
- Crear empleos locales para tareas de protección, vigilancia y restauración ambiental.
- Fijar límites claros al número de visitantes y a los usos comerciales.
- Contribuir directamente al equilibrio ecológico y social de la región.
- El desarrollo no tiene sentido si termina por destruir el capital natural del cual se nutre. Playa Marmotas no necesita más visitantes, necesita más defensores.

10 datos fascinantes sobre Playa Marmotas
- Está ubicada en Yobaín, Yucatán, en una zona de acceso aún rústico, lo que ha permitido su conservación.
- Es parte del corredor costero que conecta con la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos.
- Alberga especies como el flamenco rosado, halcones peregrinos y garzas tigre.
- Los manglares de la zona son esenciales para la reproducción de peces y crustáceos.
- Tiene avistamientos ocasionales de cocodrilos de pantano (Crocodylus moreletii).
- Se han registrado especies endémicas como la culebra listonada de Yucatán.
- Su suelo costero es frágil y altamente erosionable: cada paso mal dado puede causar daño.
- Las dunas son hogar de pequeños reptiles y plantas que previenen la salinización del suelo.
- No cuenta con infraestructura turística: no hay baños, tiendas ni señal telefónica.
- Es un sitio ideal para estudios biológicos y observación de aves… si se respeta.

Algunos datos duros sobre el ecosistema costero en Yucatán:
- Yucatán posee 378 km de litoral, de los cuales un alto porcentaje está cubierto por manglares. Estos ecosistemas costeros almacenan hasta 10 veces más carbono que los bosques tropicales (CONABIO).
- Forma parte del Corredor Biológico del Norte de Yucatán: La región costera de Yobaín y Playa Marmotas forma parte de un importante corredor biológico que abarca más de 360 especies de aves migratorias, incluidas especies de alto riesgo como el flamenco rosado y el pelícano blanco. (BirdLife International).
- Playa Marmotas es una de las zonas costeras donde diversas especies de tortugas marinas, como la tortuga caguama, desovan, lo que la convierte en un área clave para la conservación de estas especies en peligro de extinción.
- Las dunas y la vegetación costera en la zona de Yobaín actúan como barreras naturales que protegen la tierra de la erosión y ayudan a mantener el equilibrio ecológico.
- Las aguas de Playa Marmotas son hogar de una gran variedad de peces y crustáceos, que forman parte esencial de la cadena alimentaria del ecosistema costero.
- Más del 60% de los manglares del estado están bajo presión por expansión urbana o agrícola, y cada año se pierden cientos de hectáreas.
- El cambio climático ya está alterando los patrones de migración de especies y el equilibrio de los humedales costeros. Mantener zonas vírgenes como Playa Marmotas es clave para conservar la resiliencia del ecosistema.

¿Cómo visitar responsablemente Playa Marmotas?
Si decides conocer Playa Marmotas, hazlo con respeto. Este lugar no está esperando turistas, está sobreviviendo a pesar de ellos. Aquí algunas recomendaciones para una visita consciente:
- Lleva contigo toda tu basura, incluso la orgánica. Ningún residuo es inocente en un ecosistema tan delicado.
- No hagas fogatas ni introduzcas vehículos motorizados a la playa o dunas. Esto altera el suelo y puede dañar huevos de tortugas, aves o serpientes.
- Mantente en los senderos naturales y evita pisar zonas de vegetación costera.
- No alimentes a la fauna ni intentes tocarla o acercarte demasiado. Ellos no nos necesitan.
- Utiliza protector solar biodegradable, especialmente si vas a entrar al mar.
- Respeta los tiempos: lo ideal es no permanecer después del atardecer para no interferir con la fauna nocturna.
- Viaja en grupos pequeños, sin hacer ruido excesivo.
- Comparte este mensaje con quienes te acompañen. Cuidar es tarea de todos.

Cuidar Playa Marmotas no es una moda, es una necesidad. Un acto de responsabilidad generacional. Porque lo que hoy vemos virgen y lleno de vida, mañana puede ser solo un recuerdo, una fotografía antigua o una historia que le contemos a quienes vienen detrás. Lo que hagamos (o dejemos de hacer) con estos espacios es lo que le heredaremos a nuestros hijos. ¿Será un paraíso vivo o una postal en ruinas? La respuesta está en nuestras manos.
Hay lugares que no necesitan que hagamos nada por ellos, más que dejarlos ser. Playa Marmotas es uno de esos. No quiere hoteles ni caminos pavimentados, no espera restaurantes ni torres de concreto. Solo pide tiempo, espacio… y silencio.
Cuando caminas por su arena blanca, cuando el viento te cuenta historias entre los manglares y las aves sobrevuelan sin miedo, algo en ti se transforma. Te das cuenta de que no estamos aquí para conquistar la tierra, sino para convivir con ella. Que no todo espacio debe tener un uso, una renta, una propiedad. Algunos lugares solo deben existir.

En un mundo que corre y consume sin pausa, Playa Marmotas resiste. Nos recuerda cómo era la costa antes de que llegaran las carreteras, antes de que el plástico y el ruido se volvieran rutina. Nos recuerda que todavía hay vida que no nos necesita, que sigue su curso sin depender de nosotros, y que merece seguir ahí mucho después de que nos hayamos ido.
Pero esa resistencia no es eterna.
Hoy más que nunca, conservar estos espacios es un acto de amor y de responsabilidad. Porque el legado que dejemos no será solo concreto y estructuras: también serán los árboles que no talamos, las playas que no explotamos, los ecosistemas que defendimos. Este es el mundo que heredarán nuestras hijas e hijos. ¿Qué queremos que encuentren?
Cuidar Playa Marmotas no es un lujo. Es un deber.
Si quieres ver más fotos puedes dar click AQUÍ
